El bosque Andino es uno de los ecosistemas más diversos del planeta y proporciona servicios ambientales como la regulación del clima, la captura de carbono, la formación del suelo, la acumulación de agua y la regulación de fuentes hídricas. A pesar de su importancia está seriamente amenazado por la tala, incendios forestales, avance de la frontera agropecuaria, irregularidad en la tenencia de tierras y actividades extractivas como la minería. Actualmente subsiste únicamene entre el 1 al 5% de este ecosistema (FAO, PBA). El cambio climático global es otra amenaza creciente, el cual podría tener impactos significativos sobre áreas estimadas entre el 9% y 15% de la distribución remanente de los bosques Andinos (Cuesta et al. 2009).